Por ejemplo, los números de menor rango tradicionalmente se reservan para los centrales, mientras que los números más altos como el siete, nueve y diez están dedicados a los creadores de juego, los mediocampistas ofensivos y los delanteros más preciados. Y es el modo en que imaginaron (a través del ascenso social deportivo) e imaginan (el «sálvese quien pueda» de los jugadores vendidos al mejor postor) las formas de la felicidad y las formas de la fortuna, pecuniarias y de las otras.