Básicamente, porque se trata de una ausencia que, como tantas otras, no adquiere relevancia hasta el momento en que se señala como tal. Sobre estas premisas, cada camiseta y cada marca es un mundo: existen pequeñas declinaciones, como la camiseta de The Frankie Shop con hombreras, que se convirtió en toda una obsesión del street style en 2019. Jeanette Madsen o Pernille Teisbaek, por ejemplo, fueron algunas de las prescriptoras que se rindieron a los encantos ochenteros de la Muscle T-shirt.