El jugador del Olympique de Marsella la devuelve a la grada y decenas de aficionados SALTAN AL CAMPO para agredir a los futbolistas del equipo visitante. De repente se llenó el cesped de aficionados , que buscaban a Payet, pero a los que les valía cualquiera de las camisetas azules. Los gentiles Umbi y Stéfano tienen que atender asuntos más importantes.