Desde hace unos años el nombre, apellido o incluso el apodo del jugador se coloca, normalmente, sobre el dorsal y así es mucho más fácil distinguir y reconocer al protagonista de cada jugada en todo momento. Pero hubo un tiempo en el que no solo no se exhibía el nombre del jugador en la camiseta, sino que ni tan siquiera se portaba número de dorsal, por lo que todos los jugadores de un mismo equipo llevaban una camiseta igual.